Esta es la pregunta que muchos se hacen y donde nacen una serie de ideas que pueden ayudar a este mundo a contribuir a una vida mejor.
A diario, nos damos cuenta de las distintas circunstancias por las que atraviesa la sociedad; vemos que la vida la tomamos muy deportivamente sin buscar verdaderos horizontes. Hay muchos problemas por los que atraviesa la sociedad, uno de ellos se centra más que todo en la familia, ya que en ésta se ha perdido el calor de hogar; los padres se preocupan muy poco por los hijos, y los hijos ni cuentan con sus padres. No podemos ser inconscientes con los problemas que aquejan a las familias, ya que esta es el núcleo fundamental de la sociedad, donde con una buena pastoral evangelizadora podemos ayudar a que estas no desfallezcan. Por ello como buenos dispensadores de la buena nueva tenemos que llevar a estos hogares, el ejemplo de la familia de Nazaret, la cual se caracterizaba por su unión y entrega.
La familia debe convertirse en una fuerza unida que anime a todos sus miembros a luchar por grandes ideales, a afrontar con un gran compromiso las adversidades y dificultades que en ella se presentan, ser celosa en la toma de decisiones para no caer más tarde en problemas difíciles de resolver, es decir familia que lucha unida permanece unida.
Si nosotros somos buenos evangelizadores y sabemos transmitir el mensaje, habremos ganado muchas familias, ya que una buena familia puede ser espejo de otras.
Hoy tenemos muchas cosas por las cuales debemos preocuparnos en la evangelización, el planeta tierra necesita de personas decididas a luchar por un mejor vivir, que tengan un gran sentido de pertenencia. Como dice la sagrada Escritura “id por el mundo y anunciad la buena nueva”.
Hoy estamos afrontando muchos problemas, uno de ellos proviene desde la niñez, cuando no se ha recibido la educación adecuada, los niños van creciendo sin un ideal, creándose grandes vacios que más adelante le van a producir problemas. Tenemos que preocuparnos para que estos hijitos tengan un mejor porvenir. Hoy en día vemos tantos niños que nacen sin un hogar, tal vez fruto de una irresponsabilidad sexual, una falta de educación, una exigencia por parte de uno mismo, tratar de buscar lo que es bueno y no dejarnos llevar por aquellas cosas que más adelante nos traerá sino dolores de cabeza.
A un niño se le puede ayudar de diferentes maneras, llevándolo desde pequeño a aquellas partes que le ayuden a descubrir sus capacidades y cualidades, que bueno que a los hijos desde pequeños se les vaya enseñando a asistir a la iglesia ya que esta es la mejor escuela donde tenemos al mejor profesor que nos habla por medio de la palabra. Ahí jugaríamos un papel muy importante como portadores del mandato que Dios quiere, como por ejemplo enseñar a estos a enamorarse de Jesús, todo parte de una buena motivación, el buen empeño que le demos, DE LO QUE SEMBREMOS ESO COSECHAREMOS.
La evangelización debe llevarnos a otros sectores como los de la juventud, esta que está atropellada, donde los problemas que acarrean son muchos, ya que esta se presta para que la sociedad haga y deshaga; pero ahí está el gran reto de nosotros como buenos evangelizadores.
Llevando un gran acompañamiento podremos sacar muchos jóvenes adelante, para que en compañía de ellos construyamos un mundo mejor.
Los jóvenes de hoy se han convertido en la nueva fuerza del mañana, ellos son esa energía que hará mover muchos corazones; los jóvenes se caracterizan por su capacidad innovadora de fomentar nuevas ideas, de elaborar proyectos que conlleven a la construcción de una sociedad mejor.
A los jóvenes de hoy, hay que llegarles primero que todo con ambiente de amistad, sabemos muy bien que en toda interacción hay una buena amistad donde las personas comienzan a conocerse y a crear esos lazos de amistad, que si estos son bien fuertes podrán superar muchas dificultades en la vida.
Si cultivamos buenos jóvenes, estos se encargarán de ayudar a muchos jóvenes que hoy necesitan de un consejo, que los escuchen etc. Cuántas veces nos encontramos con jóvenes que solamente se sienten felices con que los escuchen.
Los jóvenes pueden explotar esos valores, esas cualidades y esas capacidades, pero tenemos que hacerles entender que son sumamente importantes y que de ellos dependerá el mañana, que se sientas constructores de la gran sociedad, personas capaces de asimilar y afrontar cualquier tipo de inconveniente que la sociedad presente en el momento.
Hoy vemos a muchos interesados no más en lo material, dejando a un lado todo aquello bueno que posee en el interior de sus corazones, no podemos dejar que se engañen a sí mismos; debemos hacerles entender que lo material es secundario.
Cuando salimos a la calle nos damos cuenta de la cantidad de jovencitas que están embarazadas, muchas veces por un acto irresponsable, quizás no recibieron la orientación apropiada, o también se dejaron influenciar por unas malas amistades. Qué consecuencias tan graves traen para una adolescente afrontar un embarazo, donde ya va a tener que estar acompañando a su hijo y tendrá que sacrificar la etapa de la adolescencia. He ahí unos de los problemas que afronta la juventud de hoy, donde a diario vemos en las noticias, abortos, maltratos infantiles, niños que nacen sin un padre que los oriente en compañía de su madre.
En los jovencitos encontramos que ya quieren madurar cuando todavía son biches, por qué decimos esto? por la sencilla razón que ya quieren estar a la moda, salir con papá y mamá es una vergüenza, que estar en casa es una cárcel, que esa comida no me gusta y tantas cosas que no alcanzaríamos de enumerar. Entonces volvería el papel de nosotros como evangelizadores; hacerles entender a estos hijos lo tanto que se han sacrificado sus padres, y que la mejor manera de agradecerles sería actuar de forma correcta, aunque no cabe duda que siempre tendrán problemas, pero también hay que entender que hay muchas soluciones.
Para poder salvar tantas almas para Dios por medio de la evangelización debemos estar seguros de una cosa muy importante como lo es el amor de Dios, sin el no somos capaces de salir adelante, ni podemos a ayudar a nadie, como dice la sagrada escritura si me falta el amor nada soy.
El reto es grande, no cabe duda que hay que prepararnos para que la sociedad y todos aquellos que la representan reciban el mejor regalo.
“No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto: no se cosechan higos de los espinos, ni se recogen uvas de las zarzas. El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca”. Lc 6, 43-45
Si nuestra preparación es buena daremos un buen fruto, pero si es mediocre dará muy mal fruto.